31 Diciembre 2005



LA GUERRA ES LA PAZ
LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD
LA IGNORANCIA ES LA FUERZA



Bentencho Osaka Foto Fementido




Hace 2 años (que todavía estamos en el 2005) se cumplieron 100 años del nacimiento de George Orwell (1903-1950).
Por aquella época yo leía a John Wyndham, el autor de "El día de los trífidos" entre otras novelas de ciencia ficción de lo más aconsejables, y pensaba que todo la palabrería que se lanzaba entonces acerca de Orwell era poco convincente. Seguramente todo eran pequeños prejuicios míos contra esos animales que se rebelan en una granja, contra un inglés que se pone a hablar alegremente de la Guerra Civil Española o contra el maldito Gran Hermano que tantas neuronas y horas de sueño le ha quitado a los adictos a la tele-mierda.

En realidad la razón más importante por la que me he animado a leer "1984" se la debo a Aldous Huxley. Tras leer "Un Mundo Feliz", pensé que era improrrogable la lectura de Orwell, así que mientras estaba en casa de un amigo en Septiembre, allí, allá por Donosti, le cogí de su biblioteca la novela sin ningún tipo de remordimiento (delante suyo, claro!).

Winston Smith es el protagonista. Un tipo normal y corriente. Trabaja para el Ministerio de la Verdad-(la Mentira) (encargado de las noticias, espectáculos, educación y bellas artes), donde se dedica a reescribir la Historia contínuamente, de manera que el Gran Primer Ministro, el Gran Hermano no se equivoque ni en el pasado, ni el presente ni en el futuro. También hay otros ministerios: el de la Paz-(la Guerra) , que es como si fuera el de Defensa, el del Amor-(la Tortura), nuestro querido ministerio del Interior, y el de la Abundancia-(el Hambre), el correspondiente al de Economía. El Partido lo controla todo, el IngSoc (que viene del Socialismo Inglés).

Es imposible resumir aquí todas las ideas que sugieren el primer tercio de la novela. Algunos puntos importantes pueden ser estos:

Numeración de la población que trabaja para los Ministerios, y total control a través de telepantallas. Winston es el número 6079. Tiene una gran telepantalla en su casa que le controla todos los movimientos y palabras. Por lo que Winston piensa: El peligro mortal por excelencia era hablar en sueños. Por la mañana, es despertado por una machacona voz mujeril que obliga a todos los camaradas a hacer estiramientos. Después, por supuesto que también controlados en el trabajo por telepantallas, tienen lo que se llama los dos minutos de odio, en los que gritan y patalean en frente de un televisor, acusando de todos los problemas que tengan a un tal Goldstein, alguien que al parecer en su momento traicionó al Partido.

Publicación de estadísticas: producción de botas nos da el ejemplo Orwell. Modificación de la predicción del Partido, modificación de la producción real, de manera que supere a su vez a la predicción modificada, de un montón de millones de pares de botas, cuando por la calle la muchedumbre anda medio descalza. Un sistema que es una colosal mentira, que sólo se preocupa de que la Verdad exista sobre el papel.
Día y noche las telepantallas le herían a uno el tímpano con estadísticas según las cuales todos tenían más alimento, más trajes, mejores casas, entretenimientos más divertidos, todos vivían más tiempo, trabajaban menos horas, eran más sanos, fuertes, felices, inteligentes y educados...

Destrucción del lenguaje: creación de uno nuevo. La neo-lengua, que consiste en resumir muchísimos conceptos en una sóla palabra, añadiendo únicamente prefijos y sufijos que puedan aumentar o disminuir el significado. Una reducción al mínimo de la lengua, de manera que se eviten crímenes de pensamiento (crimental), con el objetivo supremo de que las conversaciones dentro de unas décadas sean totalmente asépticas, sin sentido real, y llegando al punto de que nadie pueda entender una conversación complicada hablada sólo unos años antes. La simple e inteligente idea de desposeer a la población de la posibilidad de pensar, sencillamente, porque no puede materializar en nada pensable la supuesta idea que quiere hacer nacer en su cerebro. Al final de la novela hay un pequeño epílogo donde se explica de lo más convincentemente cómo podría llevarse a cabo esta transformación del lenguaje.

Falta de contenido en la vida. Winston reflexiona: "Le sorprendía que lo más característico de la vida moderna no fuera su crueldad ni su inseguridad, sino sencillamente su vaciedad, su absoluta falta de contenido. La vida no se parecía, no sólo a las mentiras lanzadas por las telepantallas, sino ni siquiera a los ideales que el Partido trataba de lograr... El ideal del Partido era inmenso, terrible y deslumbrante; un mundo de acero y de hormigón armado, de máquinas monstruosas y espantosas armas, una nación de guerreros y fanáticos que marchaba en bloque siempre hacia delante en unidad perfecta..."

Suficiente es todo esto para describir el panorama general de este nuevo mundo feliz. Dejo los múltiples detalles que va aportando Orwell a lo largo de esta parte de la novela, que son de apreciar mucho más en el momento de la lectura.

Aldous Huxley escribió en su propio mundo feliz sobre el condicionamiento brutal de la psicología humana, ayudado por la vital droga llamada Soma, todo encajado en un sistema de escalas sociales inmutable, y fue en 1932. En una nota a una posterior edición, Huxley aclara que quiso dejar la novela como estaba (en un acto que le honra bastante, por cierto), pero tras los acontecimientos atómicos de los años 40, opina que bien era que aquel mundo suyo de alguna manera se tenía que ver modificado por la acción del uranio.

Orwell creó su mundo con la mente bien fija en el poder destructor de la energía atómica, y por supuesto, en la reciente experiencia de la desaparición del Tercer Reich, en la existencia real de Grandes Hermanos como Stalin o en la inquieta sugerencia de que daba el mundo por aquel entonces de que la Santísima Hermandad podría reproducirse con facilidad.

Teniendo en cuenta pues la fecha en que fue escrita la novela, en 1948, y el brillante estado mental de Orwell, tenemos que éste crea de la nada, con un personaje de lo más simple, un escenario como pocas veces se ha hecho. Una auténtica Biblia de lo que nos traemos entre manos los humanos hoy en día. Nada de cuentos que quizás se podían aplicar hace 2000 o más años. Esta primera parte de la novela es un resumen perfecto de muchas de las condiciones que se dan hoy en día en la vida moderna del siglo XXI. Una cosa es decirlo, y otra muy distinta escribirlo. Orwell se convierte en un maestro, en un profeta. Y una vez más nos tenemos que encontrar estas profecías en novelas que son escoradas hacia el producto literario de género, obviándole su importancia, dejando la obra para que sea pasto de baratas colecciones de "clásicos", reunidos con un criterio que para sí lo comprenda el imbécil de turno que las crea.
Por ejemplo, la edición que yo he leído de "1984" pertenece a una colección en la que juntan esta novela con gente como Carl Sagan o H.G.Wells. Todo es ciencia ficción, y aquí nadie discute nada.
¡¡Señores, que "1984" no es ciencia ficción!! Es un manual de política, de historia, de economía, a la vez que es una novela romántica, una novela de horror, una novela política, histórica,... Por sí sola, la novela debería ser asignatura, al menos opcional, en todos los colegios, pero por supuesto, un adolescente no quiere saber nada de leer novelas. Por supuesto que esto suena precisamente a algo totalitario.
Pero es que yo creo que es el propio Partido, hablo del Real, el que se ha encargado fírmemente de que en el colegio no se lea y no se analice nada, de que se meta en las cabecitas de los infantes una serie de trasnochadas estupideces y se les dé un bañito de agua fría después, para que cristalice todo inmediatamente. De que se les enseñen una serie de leyes, dos más dos son cuatro (o los que convengan), de matemáticas, biología, física, etc... y de paso, crear un cerrado mundo moral y mejor si religioso.
De manera que hoy en día el niño dispone de un mundo real totalmente articulado y regalado, y se le hace pensar que le viene que ni pintado para sobrevivir en la vida real. Y lo hará el hijo de puta, encima.


Bentencho Osaka Foto Fementido


Otro principio del IngSoc es la castidad llevada al extremo. Se tiene sexo solamente para procrear. Nada más. En el mundo de Huxley la promiscuidad era alentada. La estabilidad de pareja no solo estaba mal vista, sino prohibida.
Hasta cierto punto, el mundo de Huxley es feliz. En el mundo de Orwell no se dan ninguna de las dos situaciones. Se tienen hijos, porque hay que alimentar al Partido con nuevas generaciones ciegas, sordas y mudas.
La finalidad del Partido ... no era sólo evitar que hombres y mujeres establecieran vínculos imposibles de controlar. Su objetivo verdadero y no declarado era quitarle todo placer al acto sexual... La relación sexual se consideraba como una pequeña operación molesta, algo así como soportar un enema... Los niños debían ser engrendrados por inseminación artificial (semart, como se le llamaba en neolengua) y educados en instituciones públicas.

Y son los hijos además los que seguirán fanatizándose sin parar. El vecino de Winston le comenta a éste sobre la nueva juventud:
Son muy traviesos, pero, eso sí, no piensan más que en los espías; y en la guerra, naturalmente. Y le sigue contando cómo su hija junto con dos amiguitas denunciaron y hicieron detener a un hombre que habían seguido:
¿En qué supones cómo conoció al hombre que era un enemigo? Pues notó que llevaba unos zapatos muy raros. Sí, mi niña dijo que no había visto a nadie con unos zapatos así; de modo que la cosa estaba clara. Era un extranjero. Para una niña de siete años no está mal, ¿verdad?

Por supuesto que ese hombre entregado a las autoridades debía acabar fusilado. La crueldad de los niños junto con el ansia de total uniformización de reglas, usos y costumbres hace que todo se convierta en una trampa para el que se salga mínimamente del patrón establecido.

La vaciedad en la vida de la que habla Winston seguramente tenga mucho que ver con todo esto. Todo el mundo hace lo mismo, de la misma manera, en el sitio apropiado y en el momento apropiado. Y las nuevas generaciones son las que lo adoran más, precisamente. Porque no tienen constancia de un pasado diferente. Pobrecitos los chavales de hoy en día.

En la segunda parte, tras intensos esfuerzos de comunicación prohibida por el Partido, Winston conoce a Julia. A escondidas se amarán. Orwell en 1948 escribe una especie de base de lo que luego serían las consignas sesenteras del haz el amor y no la guerra y demás gilipolleces supinas.
Creo que no viene mal recordar una opinión del siempre inteligente Yukio Mishima de 1966, precisamente:
"Al mismo tiempo, cuanto más se moderniza una nación, más frías e insignificantes se hacen las relaciones humanas. Para las gentes que viven en una sociedad moderna, el amor es imposible".

Después de ni siquiera hacer el amor con Julia, Winston reflexiona:
En los viejos tiempos, un hombre miraba el cuerpo de una muchacha y veía que era deseable y aquí se acababa la historia. Pero ahora no se podía sentir amor puro o deseo puro. Ninguna emoción era pura porque todo estaba mezclado con el miedo y el odio. Su abrazo había sido una batalla, el clímax de una victoria. Era un golpe contra el Partido. Era un acto político.

Orwell desarrolla esta relación, a la vez que describe a la población que no pertenece al Partido. La masa, los proles, como les llama, que viven en un mundo aparte, donde la pobreza y la escasez de medios e ideas es absoluta.

Más tarde hace un inteligente ensayo (introducido de soslayo en la novela) sobre la guerra, y los principios que adoptan los diferentes gobiernos para hacer que una guerra sea en realidad lo que alimente el progreso económico de un país, esto es, el progreso de cierta parte del país. El problema era mantener en marchas las ruedas de la industria sin aumentar la riqueza real del mundo. Los bienes habían de ser producidos, pero no distribuidos. Y en la práctica, la única manera de lograr esto era la guerra contínua.
Mantener a toda costa la jerarquía del poder, imbecilizar a la masa, empobrecerla si es politicamente correcto, a través de la guerra. La guerra de ahora es una impostura... Pero aunque es una impostura, no deja de tener sentido. Sirve para consumir el sobrante de bienes y ayuda a conservar la atmósfera mental imprescindible para una sociedad jerarquizada..

Así pues, la guerra es la paz. La ignorancia es la fuerza. La libertad es la esclavitud.

En la tercera parte de la novela se cuenta el detenimiento por parte de la Policía del Pensamiento de Winston y de Julia. Se le torturará, se le hará confesar cualquier cosa. Pero esto sólo es el principio. Se le llegará a lavar el cerebro. Será un juguete en manos de la Policía, y poco a poco, su cerebro adopta la idea, conscientemente, de que lo mejor es adoptar amor por el Partido, no pensar más en viejas ideas molestas, y sucumbir al control absoluto del pensamiento.

Esta tercera parte es la que en realidad se puede considerar como de ficción, donde se describen algunos métodos de tortura, y se cuenta el final de Winston. Un final brutal, en el que Winston deja de ser humano aunque siga viviendo. Es un ente al servicio del Partido. Un ente bobo que ya no será capaz de coordinar pensamientos alejados de la doctrina del Partido.



Bentencho Osaka Foto Fementido


Y no queda otra que hacer ligeras apreciaciones sobre la realidad que existe en este país.
Por supuesto que tenemos al Partido. El Partido Japonés.

Lo que Orwell describe como acto político, el abrazo de Winston y de Julia. Es exactamente lo que quería y ha conseguido el Partido Japonés. Los actos políticos en este país se hacen en la cama. Parejas llenas de miedo y de odio hablan de política entre sábanas, nada más. Por supuesto que no saben que están haciendo política. Ni siquiera cuando alzan como borregos los dos deditos al hacerse una foto. La política de la paz. En fin. Lo que sea amor puro o deseo puro está fuera de discusión. Porque no existe.
El Partido Japonés de paso ha creado una generación de chavales cuya vida es un almacén repleto de cables y enchufes, pero vacío de ideas. Ha aplicado perfectamente el ideal: un mundo de acero y de hormigón armado, de máquinas monstruosas y espantosas armas.
El Partido Japonés de paso ha creado una burocracia que ama el papel, el sagrado papel donde todo consta. Ha logrado que se apunte en papel todo. Porque por mucho cable que haya, todavía se sigue confiando al papel el papel de guardián del control y de la amenaza. Y si alguien lo pone en discusión, no hay más que echar una ojeada a las telepantallas que hay por doquier en este país, hasta en las cajas de los konbinis, y observar que lo que sale del papel es cierto. Nadie ve los subhumanos que campan por las calles japonesas. Nadie ve la penosa manera que tiene de andar la gente en este país. No andan. Pacen. Como corderos, se acercan y se alejan de los abrevaderos de comida y de cables, de placer sensorial y carnal, hasta que un mecanismo les avisa de que ya ha sido suficiente, y deben volver a trabajar.
El Partido Japonés de paso controla a través de los medios de comunicación su función de "consejero" espiritual. Y si no, que se lo pregunten a los borregos que se levantan a las seis dela mañana, sintonizan la Radio Taisho o como se llame, y se ponen a hacer estiramientos, ichi,ni san... Ni el mismísimo Winston.
Y al paso que vamos, el Partido Japonés se está haciendo poco a poco con el control de la lengua. Ya todo en este país es "sugoi" y "kawai" y nadie sabe qué coño ya significa todo ello. Que un perro, un dibujito que aparezca en una lata de café, la cara que tenga cierto actor, la forma de una nube pasajera... que todo sea "kawai" es para sacar de quicio a cualquiera. A la juventud se le está robando el lenguaje y se les está limitando el abanico de posibilidades de pensamiento.

Nosotros, hombres de la Inquisición, que en realidad no dejamos de ser del Partido, por supuesto, ponemos nuestro granito de arena en la aceptación universal de la neo-lengua. Ya casi somos capaces de comunicarnos 40 minutos con una persona con sólo dos verbos, gustar y tener, y a veces, sin conjugarlos para nada. Y digo que casi somos capaces, porque todavía tenemos que aprender a no poner el "mute" y soltar alguna palabrotilla inocente como "Me cago en tu puta madre" de vez en cuando. Pero todo es cuestión de tiempo, camaradas, todo es cuestión de tiempo, como bien lo sabe Winston. Porque al final, siempre hay alguien que nos sabrá decir cuánto son dos más dos por nosotros. Porque el Partido está con nosotros y nosotros con el Partido.


LA GUERRA ES LA PAZ
LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD
LA IGNORANCIA ES LA FUERZA


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Sunday, 2 de Abril de 2006, Un Apunte Orwelliano

O me estoy volviendo paranoico o todo se debe a la tecnología (eso contra lo que nunca podemos estar seguros del todo y de la que se sirve el Sistema con total facilidad) o es que lo que pienso de lo que he visto y escuchado hoy en la televisión, en la Fuji Tv para ser más exactos, debe ser verdad.

Es un pequeño detalle, lo reconozco. Pero si es verdad, y no se debe a las dos primeras causas, que lleve algo mosqueado por dentro todo el día tiene plena justificación, y sería otro ejemplo más de la existencia real de parte del mundo de "1984" en el Japón que vivimos.

Es un pequeño detalle, pero que me voy a tomar el trabajo de describir detalladamente. En él, se recoge no sólo la referencia orwelliana, sino todo un mundo cultural en Japón que a mí me es imposible de comprender del todo, y no digamos ya, matizarlo.

Pero ya he escrito que quizás todo sea paranoia. O efectos de la resaca que tenía cuando me he levantado.


Bentencho Osaka Foto Fementido
¡Grábalo! ¡Que luego miente!


El pasado jueves por la tarde vi en la televisión el Gran Premio de Fórmula 1 de Malasia, grabado en una cinta de vídeo. Hay un piloto japonés llamado Takuma Sato, que hizo un par de vueltas dignas de mérito luchando por no perder la posición con otro piloto a mediados de la carrera.
En esto, los dos comentaristas de Fuji Tv, cércanos al éxtasis que intentaban transmitir a la audiencia (que sólo podía ser japonesa), decían entre otras cosas (y se me perdonará el desajuste entre el japonés real y el que me pareció escuchar a mí y que escribo aquí):

Kore Nihonjiiiin deeeeesu!! Ganbareeee!!
(¡¡Ésto es ser un japonés!! ¡¡Ánimo!!)

Me hizo mucha gracia la frase, e incluso rebobiné la cinta de nuevo para volver a escucharlo.
Aparte de destacar la conducción temeraria de este piloto (bien conocida por el aficionado no japonés), la frase de por sí ya tiene un punto de nacionalismo ultracentralista que me toca los cojones. Semejante parcialidad no existe ni en España. Pero como todos sabemos, Fuji TV es una televisión japonesa que transmite y retransmite, no para un país que se llama Japón, sino para japoneses.

Hoy se celebraba el Gran Premio de Australia. A eso de la una de la tarde, me he arrastrado hasta la televisión, despertándome con esa sensación tan clásica de una resaca bien llevada ;) y he encendido la televisión. A los pocos minutos ha empezado la retransmisión.
Fuji Tv siempre tiene la costumbre de poner unas pocas imágenes de la carrera anterior, y hoy no ha sido la excepción. No hace falta ser un genio para saber qué imágenes han puesto. Un pequeño corte de la vuelta triunfal que estaba dando el piloto Sato Takuma en el circuito de Malasia.


[sigo escribiendo hoy, un día más tarde]


Este corte coincidía con el momento en el que el comentador decía la frase que he indicado.
Pero la frase estaba cambiada.

Kore Yamato No... deeeeesu!! Ganbareeeeee!!
(habría que entender la frase como "¡¡Ésto es el espíritu de Yamato!! ¡¡Ánimo!!").

Sabido es el tembleque emocional que tienen los japoneses cuando escuchan palabras como "Yamato","Nipponjin" (versión más ultra que "Nihonjin"), "Nihon","Nippon", etc... En el espíritu de Yamato se supone que hay que encontrar la base de ser del verdadero japonés, enclavado su origen en los arrabales de Nara. Para Fuji Tv, todos los japoneses son de Nara, hasta los que han nacido en Perú. Los desgraciados que no hemos nacido en Nara nos tenemos que conformar con ver sus retransmisiones, y dar gracias de que no nos insulten con subtítulos en inglés.

[Por no hablar del uso mediático indiscriminado que han hecho en este país de la única medalla (de oro) que han ganado los japoneses en los pasados Juegos Olímpicos de Invierno en Torino. Es una pena que todos no seamos tan bellos y vigorosos como la señorita Arakawa Shizuka. La pobre sufre de tener demasiado espíritu de Yamato, pero no nació en Nara, sino en Shinagawa, Tokyo.]

Volviendo al hecho. Algo está clarísimo. No era una nueva grabación contando con perspectiva histórica el hecho. Era una grabación que quería pasar por la que se emitió en su momento, en la forma extática que he comentado.

¿Qué pensar?

Vamos a intentar eliminar la segunda posibilidad. El cambio no se puede deber al poder de la tecnología. Se me ocurre la hipótesis de que Fuji Tv retransmita el mismo evento deportivo doblemente, con dos comentaristas, uno para el canal público, y otro para un posible canal privado, que no se ni si existe. Está claro que a pesar de que al pobre telespectador lo llenan de basura varia durante los múltiples cortes de publicidad, el comentarista no deja de ver la carrera y en algún lado se debe conservar la retransmisión íntegra de ésta. Pero lo más sensato es pensar que sólo hay una.
De todas maneras, aún existiendo dos, para salvar a Fuji Tv de la sospecha de este tipo de control y censura, todo tendría lógica sólamente si la voz usada cambiara en algo en la retransmisión de ayer, dando a pensar que el corte pertenecía a otra retransmisión. Pero por supuesto que yo escuché la voz de siempre, y por muchas y diferentes emisiones que haya, un comentarista solo puede comentar una cosa a la vez.

Igual se me escapa algo evidente y entonces la respuesta final tendría la base en la primera de las razones: pura y mía paranoia.

CONCLUSIÓN: Pienso que lo que he visto y escuchado en esta retransmisión ha sido un acto de recreación de un pasado. El aspecto orwelliano del tema es evidente, pero las dos frasecitas de por sí darían para muchas discusiones.

Una vez más, acabo uno de mis inaguantables comentarios pensando que es en vano intentar discutir esto con alguien japonés. O con cualquiera, quizás.

Me he limitado a explicarlo detalladamente y cada cual, si ha llegado hasta aquí, que saque sus conclusiones. Tengo que decir que no dispongo de ninguna de las dos emisiones en estos momentos. Pero después de tomarme la molestia de escribir todo este galimatías, le supongo al lector que me entienda que todo esto es verdadero.


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