Zinemaldia-Aurkezpena
En esta sección escribo sobre el Festival, en general, y
sobre sus secciones, su programación, su
organización, y su palmarés.
Introducción
oficial.
Después de una 60ª edición que muchos
vivimos con la alegría del aniversario, este año
se pueden haber notado algunos detalles que denotan la imprevisibilidad
con la que hay que luchar en la organización de un Festival
antes de que éste comience.
Dos factores que de antemano deciden el ambiente que flotará
en Donosti cuando el Festival ya haya comenzado. Por un lado, el dinero
disponible que ha tenido la organización; por otro, la
agenda de diferentes directores y actores, que varía en
función de lo que se les ofrece. Que me pagas un jet
privado, alojamiento para mi equipo de diez personas, hmm…,
pues me paso por allí, claro, no problem. ¿Dos
días? Vale. Aunque lo parezca, no soy gilipollas,
¿sabes?
Así, a los acreditados de prensa, si los visitantes no son
tantos ni tan importantes, les entra cierta tristeza ambiental que
termina por marcar el Festival en momentos tan importantes como las
ruedas de prensa, presentaciones de libros, o encuentros más
informales. Sin embargo, y a pesar de todo, el nivel de las
películas ha sido suficiente para poder ser una
edición tan buena como la anterior.
Introducción
no
oficial.
Un sexto sentido me hace escribir lo siguiente. No nos
deberíamos fijar tanto en lo que se ve, si no en lo que no se
ve. Más concretamente, me gustaría saber en qué ha
estado pensando el personal de Comité de Selección de
películas. Si ha sufrido algún tipo de presión
exterior, no ha podido pujar por títulos que pretendían
pero no pudieron conseguir, o simplemente, la cosecha de
películas 2013 es la que ha sido, y punto. Es un tema
complicado, y depende también, y mucho, de la personal
selección que uno hace de las películas. No me refiero a
la Sección Oficial en concreto, de la que sólo he visto
dos películas. Todo esto va por Horizontes Latinos, Nuevos
Directores, Zabaltegi, Perlas.
No quiero decir que la calidad de las películas haya sido mala.
Si bien no ha habido muchas obras realmente destacables, se ha creado
una especie de engrudo base que ha engullido a las diferentes secciones
en una especie de pan para todos.
El año pasado vi películas con mayor riesgo, más
virulentas, provocadoras, denunciantes, y este año, de las 25
películas que he visto de las diferentes secciones (aparte de la
retrospectiva a Oshima y Animatopía), excepto las dos chinas
programadas (¿y a quién le importa lo que trata el cine
chino?), no ha habido demasiados títulos con un cierto riesgo.
Muchas, películas a las que ya se ha acostumbrado el
público donostiarra. De esas de ritmo lento, con toques de
humor, toques de cine social, que se quieren quedar con un espectador
que tampoco quiere que le mareen demasiado. El feliz matrimonio de
público y organización que existe en este Festival
podría ser calificado como preocupante. Pero yendo al grano: en
esta edición lo que realmente se ofrecía de rompedor en
las pantallas era la retrospectiva dedicada a Nagisa Oshima, con
películas que ya tienen entre cuarenta y cincuenta años.
¿Acaso no es lo que debería ofrecer un Festival de Cine
como el de San Sebastián? Cine algo más beligerante,
atrevido, diferente. Ya sea por argumento, o por formato. Se ha llegado
a una especie de auto-convencimiento de que si la película es
sudamericana, o rumana, o islandesa, ya está el trabajo medio
hecho. El público hará el resto. No digamos si es un
producto local: éste será el primero en agotarse. Se
traga con todo.
El año pasado se proyectó en Nuevos Directores
“Carne de Perro”, que ganó dicho premio, y es de ese
tipo de películas que han desaparecido este año.
Quizás no gustó demasiado a ciertas personas. Se
pasó también “Después de Lucia”, o
“El Capital”. A un nivel socio-político, este
año sólo he visto en “La Jaula de Oro” un
poco más de coraje.
Lo que he presenciado es cierta autocomplacencia, y lo que es peor, he
salido varias veces de la sala con la misma sensación: esta
película ya la he visto antes. En un Festival
heterogéneo, en el que uno debería encontrar cualquier
tipo de argumento o forma, y con dos entradas en la mano, es mejor ver
“Vértigo” una vez, e intentarlo con otro
título. No creo que sea buena idea ver dos veces
“Vértigo”. La cosa cambiaría si el Festival
fuera mucho más homogéneo, o especializado (por ejemplo,
la Semana de Cine de Terror de San Sebastián). Aquí se
puede entender que uno quiera ver dos veces “Psicosis”, en
vez de ver “Psicosis” y una terrorífica bazofia
rodada el año pasado en California. Lo que quiero decir es que
el Zinemaldi corre el riesgo de auto-repetirse de tal manera, que en el
futuro, quizás lo mejor sea repetir visionados satisfactorios
por las razones que sean, aparte de acudir a las secciones
retrospectivas.
¿Por qué ocurre esto? Vuelvo a lo de antes. ¿Se
debe a que hoy en día, por culpa de la famosa
globalización, se rueda la misma película tanto en
España, Irán, México o Japón? ¿O es
que los seleccionadores de películas intentan llegar a una media
complaciente? No lo sé. Algo habrá de los dos. Al menos
me gustaría pensar en que existe por ahí un cine
diferente, que no es seleccionado, pero existe. Claro que existe.
En fin, como acreditado de prensa, lo único que puedo hacer es
exigir más.
Como aficionado al cine, es un placer asistir a tantos pases, ver
películas mejores y peores, y disfrutar de nueve días de
cine. ¿Cómo podría decir lo contrario? En este
sentido, me siento afortunado, dentro de lo que significa poder estar
nueve días viendo tantas películas sin pedir vacaciones
en el trabajo. Ejem.
Una última cosa. Que parece que el derecho de pernada subsiste
en el mundo del cine, y es algo bastante patético. Casi inmoral.
Que da bastante asquito. Eso de que mi pase es el primer pase mundial,
nadie más ha visto lo que yo voy a ver. Todo esto no
debería ser alentado bajo ningún concepto. Me da igual
que se haya visto en Cannes, Venecia, Toronto, Berlín, o
Durango. Lo que quiero es ver el tipo de cine que ya he intentado
describir. No hace falta que me indiquen en el catálogo si es un
estreno mundial. Si no lo es, de hecho mejor, y así habrá
menos moscones modernos en la sala. Arghh.
Teatro
Principal
Secciones.
Más secciones este año. De la Oficial he pasado
olímpicamente, a excepción de la
película de Atom
Egoyan, que tampoco era para tirar cohetes, y la de Tavernier, un poco
después (en el mini ciclo de Golem en Iruña). No he
podido ver mucho de
Horizontes Latinos, sólo dos (en realidad, tres, una en
Iruña). Tenía en mente ver
tres
seguidas en los cines Antiguo Berri, pero estaban agotadas para
acreditados (y no quiero correr riesgos, aunque al final exista la
posibilidad de entrar en el último momento en la sala).
Además, había muy pocas películas
programadas en
esta sección, solamente once. Un poco pobre. Las dos que he
visto, muy satisfactorias.
De las diecisiete películas de Nuevos Directores, vi seis.
Un
nivel bastante aceptable, destacando sobre todas “The
Blinding
Sunlight” de Yu Liu. La mejor película del
año del
Festival en mi opinión. También la griega
“Luton”.
De las dieciséis Perlas programadas, pude ver diez. A
destacar
“Narco Cultura”, “Dallas Buyers
Club” y
“A Touch of Sin”. Este año esta
sección de
Perlas se ha desvinculado de Zabaltegi, con el peligro de poder caer en
la trampa de que algunas no sean Perlas (“Like Father, Like
Son”, “Jeune et Jolie”, “About
Time”), si
no cine claramente comercial, entretenido, repetitivo, o moralizante,
del que debería huir este Festival.
De la sección Zabaltegi, de las dieciocho programadas, he
visto
tres y el cortometraje de Asier Altuna “Zela
Trovke”. Me
gustaron las tres, a destacar “Mujer Conejo”,
película curiosa y más atrevida de lo normal.
Este año he intentado dar una oportunidad a Culinary Zinema.
La
japonesa “Bushi no Kondate” es más una
anécdota, y peor, según pasa el tiempo. La
comedia sueca
“Love & Lemons” me vino bien como descanso
tras un pase
de Oshima de lo más turbador.
Nada de “Savage Cinema”, “Made In
Spain” y
“Zinemira”. Secciones que cada una ocupa su lugar
por
razones evidentes, y que no merecen mayor comentario. Aún
así, me gustó ver en la programación
el trabajo
“Oírse”, de David Arratibel, una
película de
esas que conviene ver a todo el mundo.
De la retrospectiva “Animatopia” sólo
pude ver dos
películas. “Paprika”, obra maestra, la
mejor del
Festival contando todas sus secciones. Y “Tachiguishi
Retsuden”, de Oshii Mamoru, una patada en los cojones para
cualquier espectador occidental que piense que los japoneses no son
conscientes de su propia realidad. Había otros
títulos de
lo más interesantes, pero no pudo ser. Ahora, que la
única sesión agotada con días de
antelación
fuera “Chico & Rita” da vergüenza
ajena.
La retrospectiva de Oshima requiere de mayor profundidad, y la
trataré mejor en su página correspondiente.
Lo preocupante de verdad, a un nivel general, lo que más me
preocupa en particular, son las sugerencias más o menos
veladas
del director, José Luis Rebordinos, acerca de la posible
desaparición o claro decaimiento de las secciones
retrospectivas. Si lo que se quiere son llenos, y al 98%, en todas las
sesiones del Festival, programar un ciclo de Nagisa Oshima se convierte
en un fracaso programado ante la vista de quien lo quiera comprobar. Y
eso que es un director más o menos conocido.
¿Qué
decir si se dedica un ciclo a Masaki Kobayashi, por ejemplo? (Es a
quien elegiría yo para el año que viene). Pero
aquí el dinero manda más que en ninguna otra
sección. Es lo más curioso de todo. Lo que cuesta
conseguir las copias de una filmografía completa…
Algo
bien triste. En fin, yo sugiero la idea de romperse un poco la cabeza,
reunir un equipo humano nuevo, con más ganas y menos
inercias, y
hacer una retrospectiva de carácter múltiple. Porque eso de hacemos un
ciclo de este
tipo, y hala, ya nos quedamos tranquilos, no hay que pensar
más,
sólo reunir los títulos…
¿No
sería mejor reunir una serie de películas en
torno a una
idea más o menos común y poder ver
títulos
difíciles de conseguir en el mercado blanco o negro?
Así,
se me ocurre la siguiente retrospectiva: las películas
que aunque
descargadas, no hay manera de entender por falta de
subtítulos;
e ir haciendo encuestas a partir de ya. Por ejemplo. O un ciclo
dedicado a las películas europeas que menos recaudaron en la
década de los sesenta y setenta; seguro que nos
llevaríamos más de una sorpresa. Un ciclo
dedicado al
cortometraje. Un ciclo dedicado a la ciencia ficción rusa.
Un
ciclo construido en base a películas que nunca fueron
estrenadas. Un ciclo dedicado enteramente a vídeos
musicales,
ese género tan olvidado, y abyecto, a veces. En fin,
ejemplos
disparatados, irrealizables, pero que dejo aquí, con la
esperanza de poder reírme yo mismo de todo esto que escribo
dentro de unos años. Tampoco es pedir demasiado.
Patrones.
El año pasado escribí sobre al menos un par de
patrones
que aparecían en varias películas a la vez. Uno
de ellos
era el protagonismo más o menos directo de un
teléfono
móvil; otro una visita traumática a un hospital,
por una
razón u otra; y también un uso abusivo de escenas
cortadas y pegadas usando imágenes y sonidos que se supone
que
existen dentro de la película (ese cierto lenguaje
documentaloide con imágenes grabadas con
teléfonos,
chats, etc…). Afortunadamente, de esto último no
he visto
nada demasiado reseñable. Tampoco se ha abusado tanto del
teléfono, ni de los hospitales.
En general, los argumentos de las películas han sido
más
felices, optan más por el dejarse llevar, o al menos, es la
sensación que tengo yo de mi propia selección.
Películas menos angustiosas. Esta es mi particular
presunción. Por supuesto, al escribir todo esto, no cuento
con
que nadie lo vaya a leer, así que todo es bastante personal
en
cuanto a esto de los patrones.
Países.
Se echa en falta un análisis más
geográfico del
Festival. Es evidente que la presencia sur y centroamericana,
más la española y la vasca es necesaria para el
Festival.
Sería una tontería decir lo contrario. Sin
embargo, si
nos fijamos un poco, resulta dramático comprobar que no ha
habido ni siquiera una película italiana en todo el
Festival. Ya
se sabe que el cine italiano no está para muchas
alegrías, pero creo que habría que cuidar mejor
estos
detalles. Tampoco ha habido cine portugués. Una
película
griega. Son países vecinos. Me causa mucha curiosidad saber
qué cine se ha hecho en Portugal este año. Si es
que se
ha rodado algo. Y si no se ha hecho, bien estaría decir
oficialmente: señores, como saben, todos los años
nos
gusta programar una película portuguesa, pero este
año ha
sido imposible. El cine portugués no existe. Mas en resumen,
el
caso italiano es el más preocupante.
Varios.
Se presentó la serie documental “Cineastas
Contados”, un proyecto de largometrajes documentales sobre
importantes directores del cine español (Enrique Urbizu,
Francisco Regueiro, Basilio Martín Patino, Carlos Saura,
José Luis García Sánchez y Pedro
Almodóvar). Espero que el proyecto salga adelante.
Destaco varias entrevistas y artículos que aparecieron en
prensa
a lo largo del Zinemaldi por su interés. Una entrevista a
Marina
Stavenhagen, (Instituto Mexicano de Cinematografía). Otra, a
David Mantecón, que habla sobre la música y los
sonidos
en el cine. Y resaltar el premio Zinemira a Juanba Berasategi, quien
dijo cosas muy cabales sobre el cine.
Palmarés.
No entro demasiado en detalles, y dejo simplemente la
información. De todo el palmarés, no he visto
ninguna, a excepción de la de Tavernier (merecido premio).
Del premio del Público a Kore-eda, nada que decir; muy
conservador. Lo mismo con el premio a “About Time”.
Me
alegro de que se premie al cine inglés, pero precisamente a
esta
película tan reaccionaria y machista…
También se
ha observado este año mayor presencia del público
gay,
masculino, siendo su poder de influencia cada vez mayor, y
quizás por algo de esto haya ganado “Pelo
Malo”.
Veremos cómo se desarrolla este tema en el futuro. Lo que
está claro es que la presencia lésbica en el
Festival es
nula, o al menos, nada evidente. Creo que a esto último se
debería dedicar más la gente de Sebastiane, en
vez de
dejar condones sueltos por ahí. ¡Ah! Y el pase de
prensa
de Zipi y Zape, y las cánicas que nos regalaron.
¡Gracias!
JURADO
OFICIAL
Presidente Todd Haynes (director)
Mariela Besuievsky (productora)
Valeria Bruni Tedeschi (actriz y directora)
David Byrne (músico)
Paulina García (actriz)
Cesc Gay (director)
Diego Luna (actor)
Normas oficiales para el
jurado
El jurado oficial otorgará obligatoriamente los premios
siguientes:
Concha de Oro a la mejor película (para el productor)
Concha de Plata al mejor director/a.
Concha de Plata a la mejor actriz.
Concha de Plata al mejor actor.
Premio del Jurado a la mejor fotografía.
Premio del Jurado al mejor guión.
El jurado oficial tendrá a su disposición un
Premio
Especial para su libre adjudicación a la película
que,
por las características que fuere, considere que tiene
méritos para recibirlo, debiendo mencionar la
motivación
que la hace merecedora del mismo.
La Concha de Oro no podrá ser exaequo.
Los premios oficiales se darán a conocer y se
entregarán
en la gala de clausura del Festival.
Respecto a esto último, hace cierto tiempo que los premios
se
conocen el sábado por la tarde, y no por la
mañana.
Supongo que así la gala de clausura gana enteros…
y se
corren menos riesgos en las ruedas de prensa matinales.
PREMIOS
OFICIALES
Concha de Oro a la mejor película: 'Pelo malo' de Mariana
Rondón (VEN).
Premio Especial del Jurado: 'La herida', de Fernando Franco.
Concha de Plata al mejor director: Fernando Eimbcke por 'Club Sandwich'
(MEX).
Concha de Plata al mejor actor: Jim Broadbent por 'Le
Week-end’
(UK).
Concha de Plata a la mejor actriz: Marian Álvarez por 'La
herida'.
Premio al mejor guión: Antonin Baudry, Christophe Blain y
Bertrand Tavernier por 'Quai D’Orsay'.
Premio a la mejor fotografía: Pau Esteve Birba por
‘Caníbal'.
OTROS
PREMIOS
Premio a los Nuevos directores: 'De caballos y de hombres', de Benedikt
Erlingsson (ISL).
Premio Horizontes Latinos: 'O lobo atrás da porta'' de
Fernando
Coimbra (BRA).
Premio del público: 'De tal padre, tal hijo', de Hirokazu
Kore-Eda.
Premio Wuaki TV a la mejor película europea: 'About Time',
de
Richard Curtis (UK).
Premio Irizar al Cine Vasco: 'Asier y Yo' de Amaia Merino y Aitor
Merino.
Premio Cine en Construcción: 'La salada', de Juan Martin Hsu
(ARG).
Premio TVE Otra Mirada: 'Jeune et Jolie', de François Ozon.
Premio de la Juventud: ‘Wolf’, de Jim Taihuttu
(Holanda).
Premio Fipresci: ‘Quai d'Orsay’ Bertrand Tavernier
(Francia).
Premio de la asociación de donantes de sangre de Gipuzkoa, a
la
solidaridad: ‘Mon âme par toi
guérie’,
François Dupeyron (Francia)
Premio Sebastiane (Asociación de Gays y Lesbianas) 2013:
‘Dallas Buyers Club’ Jean-Marc Vallée
(EEUU).
Nota: Los países
indicados se refieren a las
películas en su caso, no a las personas.
A continuación,
las votaciones del Premio de la Juventud:
Y
las votaciones del
Público, en general.
Ahora,
una comparación de pases
agotados (en rojo), con compra en taquilla sólo antes del
pase
(amarillo), y sin nada que destacar. El penúltimo
día del
Zinemaldi.
No
sé si se aprecia bien, pero
ninguna película de Nagisa Oshima tiene puntito, ni siquiera
amarillo... :(
Aquí dejo unas fotos de la ciudad y sus cines, y sus cosas,
durante el 61 Zinemaldi: fotos.
¡Hasta el año que viene!