El
genero del Western en este pais que vivimos, y que no es Estados
Unidos precisamente, es algo raro de ser comentado, y en los Tsutayas y
demas videoclubs parece que estan condenados al olvido.
Me da que a los japoneses les viene un poco lejos esto del western,
(sera porque el propio nombre les da miedo?).
En "Los 7 Samurais" (pelicula de aventuras japonesa por excelencia) se
pueden ver curiosamente todas las virtudes de este genero (con la
debida distancia), en el que a partir de una historia o argumento
basico, casi siempre repetido, el director puede manejar a su antojo
todo lo que forma el mundo moral, de principios y de maneras de actuar
que se pueden dar en un hombre, casi siempre, eso si, acercandose a
comportamientos basicos, primordiales, comunes a todos; se trata de
elegir, teniendo en cuenta necesidades, cambios proyectados en la vida
de uno y principios propios, entre hacer algo o no hacerlo.
De aqui surgira el heroe o el villano, dos arquetipos que a nosotros,
los Occidentales, nos vienen de perlas para explicarlo todo.
De esta manera, para mi, un buen Western se convierte en un libro
abierto, un escrito donde el director ha dejado parte de sus
principios. (Esto lo digo porque confio de verdad en aquellos grandes
hombres que dejaron su filosofia de vida rodando en los desiertos, algo
que hoy en dia, y desde hace unos cuantos años tambien, es
imposible de ver, habiendo muerto el genero cuando murieron estos
señores).
De estos principios, casi todos surgidos de la moral cristiana, y todo
lo que le rodea, con todo lo que conlleva, hasta que punto nos podemos
fiar?
No lo se, y ando algo confundido. En el cine japones de aventuras, es
mucho mas dificil captar principios claros de actuacion en los
personajes, aunque lo que hagan (matar, robar, ayudar, escapar, o
quedarse) tambien lo hagan en las pelis de Ford o Huston.
Asi pues, llevando quizas mas de dos años sin ver un solo
western,
me dispongo a ver, ahora, o dentro de poco, uno no clasico, (aunque sea
un clasico, je,je), "Por un puñado de dolares", que creo que
deja de lado algo de aquellos principios de los que hablo, y se
convierte en una especie de aventura pura y simple, que deberia ser mas
del gusto japones, mas anarquico, menos explicativo, y con muchos mas
sinsentidos, por lo menos, aparentes.
Reveindiquemos! los spaghettis westerns, y no solo los italianos, sino
tambien los españoles (que se hicieron a mansalva), los
alemanes, los ingleses, etc...
Me gustaria ver reacciones de japoneses viendo estas peliculas, en las
que sin mas ni mas, hay matanzas, escenas de amor, personajes mal
explicados, historias peor escritas, siendo no muy buenas peliculas,
eso hay que decirlo, pero dignas de verse, por ser, quizas, creaciones
que estan mas lejanas de las moralinas del Western clasico, (que sin
embargo, me sigue encantando o por lo menos me encantaba hasta hace dos
años), y mas cercanas al mundo inhospito, cruel y mas
criptico de la aventura japonesa, donde la sangre del campesino no
tiene mas significado que el de ser algo rojo y liquido.
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30
de Abril de 2005
De
momento se me hace difícil escribir críticas de
películas, que a duras penas puedo ver.
Ultimamente estoy coleccionando fracaso tras fracaso. El
sueño puede conmigo.
Me dormí con "Por un puñado de
dólares", "Old Boy", "El fantasma de la libertad", la
japonesa "Samurai Fiction", ... y estoy empezando a perder la esperanza
de ver una película entera sin dormirme. Si no recuerdo mal,
la última que vi bien fue "Están Vivos" de John
Carpenter, o también "Zombie 2" de George A. Romero (las dos
americanas: inquisidores míos, será que
así como uno come más fácilmente un
pastel que una manzana, también el cerebro digiere
más fácilmente argumentos "alimenticiamente"
peores?)
Me está entrando complejo de viejo.
De momento, lo único que se me ocurre es ir al cine, y me he
molestado en buscar un poco, o mejor dicho, alguien se ha molestado en
buscar por mí.
Pongo dos links que pueden ser interesantes:
Uno es del Cine Nouveau, cine club al uso, muy cerca de la
estación de Kujo. Prácticamente, todo el cine que
ponen es japonés, por lo que es difícil animarse
a ir, ya lo se, por razones evidentes. Pero la programación
desde luego sugiere mucho.
Otro es el cine Planet World, en Umeda. Aquí cambian las
cosas. La programación de Mayo por ejemplo incluye muchas
películas clásicas, de muchos países,
y autores de lo más consagrados. Una buena lectura en
katakana para reconocer a los directores se hace imprescindible.
Por ejemplo, los días 3 y 5 de Mayo, a las 5 de la tarde,
ponen "Los Olvidados", una excusa perfecta para ver a Luis
Buñuel, que al parecer nació un buen
día en España, pero da la casualidad que esta
película es mexicana, y en el Tsutaya lo califican como
francés. Hay que tocárselos!!
En general, veo en vuestras hogueras y en vuestros altares una clara
tendencia a la crítica del cine más actual.
Bueno, a mí me gustaría visitar más
clásicos, regodearme en pleno claustro, dejándoos
a vosotros las labores de captura, tortura y quema. A ver si me lo
permite mi cerebro. Pero me niego a beber más
café del necesario!!
Cine
Nouveau, Kujo, Osaka
Menos
mal que Bogart, influido al final por su recta y casta esposa, se
hace el generoso, etc, etc...
En fin, los americanos a veces tienen la virtud de retratar su
país con un
realismo intachable, algo que ya les
gustaría al 99% de los directores españoles
hacer, por mucho que intenten retratar "la sociedad
española". Ni puta idea, vamos.
(y con esto me refiero a la idea general que se quiere dar de una
sociedad o parte de ella, no a rodar baratos y payasos gags que aparte
de no hacer gracia ni estando completamente borracho, solamente
describen el bajo estado de forma cerebral del director, y sobre todo,
del guionista)... Un punto para los yankis, por esta vez.
Ya, a nivel local nipón, me pregunto,
¿cuántos
japoneses que vieron la película (¿la vio
alguno?), pensando
en el "último y correcto" mensaje que deja ésta,
se quedaron con el detalle de los visados? ¿Quién
fue el infame
programador de televisión que dejó que se pusiera
esta película? ¿Dónde está
la censura
en este país? ¿Por qué se subtitularon
estos
dialogos tan escabrosos al japonés? Nadie sabe nada ni ha
dicho nada, pero quizás haya creado sudores por alli en
Tokyo.
25
de Mayo de 2006
Apología
Del Traductor
¿Quiénes
son los que verdaderamente trabajan por el prójimo?
Tras el oficio de prostituta, del que se dice que es el más
antiguo, está el de gestor de almas ajenas, trabajo este en
ser menos antiguo al primero en justo lo que tardó el primer
hombre en beneficiarse de una prostituta. Es decir, los dos trabajos
son prácticamente igual de antiguos, excepto por ese lapso
de unos 10 minutos (le presumo excitado al pionero).
Los 10 minutos más importantes de la Historia Universal
Bípeda. Una minúscula partícula de
tiempo en el horror del contínuo espacio-tiempo
cósmico del que los Antiguos se ríen, pero yo no.
Al parecer, la pobre se quedó embarazada, y echó
al mundo lo que todos ya intuímos. ¡Y que nadie le
eche la culpa a ella! La tiene el pionero, el que cuando se
levantó y se puso de pie, instantáneamente se dio
cuenta de que algo tenía que hacer para que nadie
más comiera y bebiera de su descubrimiento, e
inventó acto seguido todas las patrañas que pudo
y más.
Aparte de estos dos oficios, que van unidos, un tercero
también lo va en cierta manera. Sin los traductores, las
malditas mentiras que lanzó el pionero al populacho nunca
hubieran traspasado fronteras en forma de pergamino, códice,
ley, artículo o mandamiento.
¿Qué pensar? Sin las primeras, no
hubiéramos tenido a los segundos, (o al revés,
que por 10 minutos no pongo la mano en el fuego por afirmar que ellas
fuesen las primeras). Está claro que el orden del primero o
del segundo no afecta a los traductores, quienes sin embargo
sí estuvieron condenados a nacer, sea como sea el orden
anterior; pobres esclavos obligados a explicar Todo al
resto de almas ajenas, rastreros
que se hicieron amigos de su inseparable compañera, la
eterna y nocturna luz amarilla de su vela de sebo maloliento. Tan
maloliento que así les salió lo que les
salió.
Hagamos un pequeño viaje en ese espacio-tiempo que tanto
temor me inspira (en realidad es lo único de lo que tengo
miedo) hacia el futuro e instalémonos en el Japón
de hoy en día.
¡Sorpresa! Los dos primeros oficios han desaparecido como
tales. Han sido absorbidos del todo por esas miríadas de almas
ajenas que nunca disfrutaron de
ningún poder hasta la desaforada venida de la Democracia.
Siendo magnánimamente objetivos, hoy en día
cualquier persona que se precie puede ser prostituta, o gestor de
almas. Es una traición al público, que se siente
engañado. Por cierto, hay que darse cuenta de que el
público ya no existe. Allá cada uno con su
depresión. Ya no hay nadie al lado de nuestra localidad para
preguntarle qué cojones está pasando en el
escenario.
No os preocupeis, hermanos míos, que todavía hay
fementidos que cuentan mentiras, y están dispuestos a
agrupar a almas perdidas, a darles apoyo, y a prestarles el
entendimiento que no tienen para aprehender al menos parte de esta
Magna Obra que sólo una élite comprende. Yo soy
uno de ellos, y casi quizás por esto, sólo me leo
yo. ¡Ya os pillaré algún
día, cucarachas!
Lo que ya es una pérdida irreparable son las prostitutas.
Hay desgraciados que son capaces de coger el testigo de viejos
mentirosos, como un servidor, pero ¿quién coge el
de las viejas putas ahogadas en el vino de Baudelaire? ¿o el
de las vampiras de Gautier?
Malditos todos, habéis enviado al garete Todo. Nunca tuvo
que llegar la Democracia a la prostitución.
No me olvido del destino de los traductores en este nuevo mundo.
¡Como para olvidarse! Definitivamente ellos han ganado la
partida en la Edad Post-Moderna, y son los únicos que siguen
trabajando de buena fé, (habiendo sustituido el sebo por la
lámpara), por el prójimo, ese alguien que ya
tampoco existe, lo que tiene doble mérito. O triple.
En conclusión, y desde aquí, gracias a todos los
traductores, o mejor dicho, gracias a todos los traductores que son
puramente traductores, con los que la vanidad, el egoismo, o las ansias
de protagonismo no han podido. Y más en concreto, gracias a
los traductores de novelas japonesas.
Y seguiré con mis mentiras otra noche...
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24 de
Noviembre de 2007 De
Vuelta
¡¡uahhhhhhhhh!!
Dos meses exactos sin escribir por
aquí, Fementido sigue vivo y coleando. Debe reconocer
públicamente la especial excitación que le produjo el ir
a vérselas con un café y de paso con una muchachita
japonesa medio desnuda en mitad de Namba. Acompañado por el
doctor X., que hizo de maestro de ceremonias. De acuerdo, pero acabamos
bebiendo un vaso de bebida isotónica. Aquel día era el de
los deportes. Después del ingreso en el desaparecido hospital
del doctor, yo me fui al cajero a vérmelas con mis ahorros. Y
después de esto, no recuerdo mucho más. Veo perchas por
todos los sitios, maletas, bolsas, muñecos, figuras, bracitos
por aquí, piernas torcidas por allá, enormes colas de
Godzilla que no coinciden con sus espinazos correspondientes, dobles
filas de dientes que no molestan a nadie, varios Ultraman multiplicados
como por arte de magia que me miran con cara de pena, un
superhéroe que abraza a su violada en la cama con aspecto de ser
un buen tipo, un Darth Vader metálico que ni pestañea, un
cochecito de bomberos, la triste cara de una muñequita que
debería haber sido mi hermana, las geishas de la pared
seguían a lo suyo viendo que yo dejaba las cartas sobre la mesa
y abandonaba de una vez por todas la larga partida, un portentoso TMA-1
inventado por mí mismo me seguía consolando ante la vista
de una ropa que nunca más podría volver a ponerme.
Ya sólo me quedaba el cenicero, el pasaporte, el billete, mi
querido iBook G4, una cena pendiente, un par de llamadas, una
cancelación importante, y hacer desaparecer por algún
lado la densa capa de polvo que ocupaba la estancia. Bueno, y algo
importante, lo más importante de todo: una visita del viejo
pirata, de la única persona que conozco que viviendo a 10.000 km
de su país es capaz de decirme a esas horas que todavía
tengo tiempo para cenar, para ordenar, para dormir, para
soñar...: mi viejo amigo Urusai, que por fuerza, es el que mejor
me puede entender todo esto que escribo.
Y así fue. Me dio tiempo para hacer todo y para dejar el
escritorio limpio. La solución final siempre está en la
papelera de reciclaje. Ésta nunca pone pegas. Allí fue la
ropa, el polvo, el propio escritorio, los cuadros, las perchas, una de
las maletas, los conos de señalización, ... todo menos
mis queridas figuras.
Aquí que escribo al calor de una calefacción de verdad me
encuentro con que Ultraman y Godzilla todavía están
encerrados en cajas, a la espera de verse renacidos de nuevo en una
exposición que no tiene nombre, ni fecha de inauguración
ni canapés que ofrecer al público. Hay objetos
añadidos, como una pequeña pero valiente botella de
shoochu, un Honda Prelude, un camión de los que gustan los
fascistas de la noche osakeña, y una lata de café UCC,
versión 1969. ¡Ah! Y una máscara, que sigue siendo
todavía una señal de precaución ante lo imprevisto
y también ante lo mil veces visto.
Murakami Haruki y su personaje de Kafka en la Orilla me
acompañaron todo el viaje. Una simple lectura, nada
sorprendente, nada o poco que destacar. Que nadie se sorprenda. Vuelvo
a Henry James, a Roland Topor, a Akira, o (y muy temporalmente)
a Hideshi Hino y a sus flores de carne y sangre (aún para mi
gran y grata sorpresa).
Fementido sigue asombrado, disgustado y hasta algo asqueado con la
sensación de espolio.
espolio.
(Del lat. spolium, despojo).
m. Conjunto de bienes que, por haber sido adquiridos
con rentas eclesiásticas, quedaban de propiedad de la Iglesia al
morir ab intestato el clérigo que los poseía.
ab intestato
m. Procedimiento judicial para ordenación de
herencia y adjudicación de bienes de una persona, por ausencia o
defecto de testamento.
Espolio de culturas que luego nadie entiende. Seré yo el
primero, por supuesto. La Iglesia (o llámenlo ahora el Sistema),
siempre muy segura de sí misma, nunca ha tenido ideas nuevas que
ofrecer, pero siempre ha tenido nuevos terrenos que poseer. Esto ha
pasado como por arte de magia genética al inconsciente
colectivo. El proceso contrario, el de tener nuevas ideas que ofrecer
sin tener un ladrillo que prometer o bajo el que establecer-se, es la
auténtica cara oculta de la Luna que sigue oscureciendo este
país. Primero pide protección y luego habla. Primero paga
y opina después. Al revés no se puede hacer.
Nadie me avisó en el control de inmigración de salida de
Osaka (aparte de la consabida devolución del gaijin kado) que
debía hacer un testamento. Ahora soy un ab intestato con todas
las de la ley, la que me impide controlar el conjunto de mis bienes,
ideas, suposiciones y teorías sobre la cultura japonesa. Todo
ello parece ser Patrimonio Universal de la Humanidad, es decir, de
todos, un hatajo de piedras que hay que visitar con entrada gratis y
derecho al pataleo colectivo de autobús de turistas.
Esto que escribo no es más que un tremendo grito solitario en
este inmenso océano de cables y páginas
fotoeléctricas. Sonríe, escucha, sonríe, escucha,
aprueba, sonríe, y por fin, opina algo. Y después te
dicen que no es así.
El espolio consiste en un molde base, en el que los ingredientes
principales son el aprovechamiento, el robo, la confusión y el
silencio, sobre el que se pone, por parte del cliente, el billete de
los euros que corresponda pagar en el momento, que sigue financiando de
una forma maravillosa este proceso, repetido una y mil veces. Todo
queda bien envuelto en una bolsa de plástico, que al poco
será depositada encima de una mesa, para ser forzada en el
momento conveniente, enseñando su contenido al camarada de
turno. ¡Marchando un poco de sushi purulento!
¡Déjame ver esa revista de androides tokyoitas!
¡Qué guays! ¡Qué monos!
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